"El 2018 ya está grabado en mi vida"

"Ya pasaron casi dos años y la verdad es que no puedo creer que rápido pasa el tiempo". Con voz pausada, midiendo cada palabra y mostrando siempre una personalidad mucho mayor que los apenas 15 años que muestra el documento, Marcos Neculmán responde con esa frase al momento de la convocatoria para hablar de su inolvidable título mundial, conseguido en el Mundial de Taekwondo ITF en Tecnópolis, Buenos Aires, el 2 de agosto de 2018 luego de una espectacular actuación.

Pero el diálogo arranca por el presente, en un año con muchos cambios para todo el mundo. Marcos, como muchos deportistas locales y regionales, tenía una agenda con varios objetivos, viajes y torneos, los cuales deberán esperar a raíz de la pandemia del Coronavirus. 
"Estoy a full con los entrenamientos, pensando en estar de la mejor manera para cuando sea tiempo de competir. Por todo lo que sabemos y estamos viviendo se suspendieron el Provincial, Regional y Nacional. Cada uno era clasificatorio para el siguiente y el Nacional otorgaba puntos para el Mundial, pero habrá que esperar por ello. Es para todo el mundo y hay que seguir entrenando. Prefiero ver lo positivo y ello es que hay más tiempo para estar y compartir con la familia y se puede seguir entrenando y mucho. Pude seguir con las clases on line con los chicos y mis entrenamientos con la profesora Romina Andaluz. Con ello entreno de lunes a viernes", afirmó Marcos, nacido el 15 de mayo de 2005 y que cursa el secundario en el CEM Nº 43.

Hace pocos días, él fue uno de los participantes de un impresionante seminario internacional que reunió, de manera virtual, a más de 1.500 amantes del taekwondo.

Un primer Mundial que lo marcó para siempre
Luego llegó el momento de refrescar recuerdos y viajar al invierno de 2018, un momento increíble para su corta, pero fructífera carrera deportiva. Tras brillar en la zona y ubicarse como el uno del país en la categoría hasta 45 kilos, Neculmán y su gran momento se ganaron un lugar en el Mundial. Entre el 1 y 2 de agosto, entre nervios, ansiedad, concentración y talento, el roquense, con 13 años, ganó sus tres luchas y subió a lo más alto del mundo.

"Recuerdo muchos momentos de ese año, pero lo del Mundial es inolvidable. Fue el cierre de un ciclo de dos años de entrenamientos duros y exigentes. A esta fecha, junio, hace dos años, estaba con el envión final de buscar llegar de la mejor manera al torneo. El objetivo era dar todo, lo máximo y también sumar un aprendizaje muy importante. No fue sencillo, ni para mí ni para mi familia. Los últimos dos meses fueron de muchos cuidados y en especial con el peso, las comidas y el día a día", contó el destacado taekwondista.

Y agosto fue el mes de la cita mundialista, una experiencia única para el roquense que se propuso hacer valer todo el tiempo dedicado a entrenar. El objetivo era apuntalar el crecimiento, pero lo logrado quedó en la historia del deporte roquense y zonal.

"Llegar a Tecnópolis y ver todo lo armado fue increíble. El estadio era una locura y nunca había visto algo así, además del marco de competidores y por supuesto, saber que estaba el mejor nivel del mundo. Todo eso me quedó muy grabado y siempre se recuerda", fue repasando Marcos.

Su paso por el Mundial tuvo tres luchas y su campaña duró dos días. "Fueron dos días de muchos nervios (risas). El primer día fue el debut ante un rival de Japonés y en semifinales superar a un compatriota. Ya estar en la final era algo espectacular, pero los nervios estuvieron siempre y crecieron más cuando me alistaba para la final y me avisaron que se pasaba para la mañana siguiente. Más nervios y casi que no pude dormir pensando en la lucha. Fue levantarse muy temprano y la verdad es que casi no hablé desde que me levanté y durante el viaje en colectivo hacia el estadio. La final era con un ruso y no hacia otra cosa en pensar sobre la pelea, que hacer, cómo sería él, si era alto, bajo, no había visto sus peleas, no sabía nada de mi rival, todo fue pensar y pensar. Todo lo que se venía era como una sorpresa", agregó el campeón del mundo.

Y el desenlace ya es conocido: triunfo y un alegría que no se terminará nunca. "Ganar y ver el tablero fue algo maravilloso. No sabía que hacer, como festejar, era como haber salido de ese lugar y no estar ahí. Unos instantes después fue a saludar a mis afectos y todo fue hermoso. Fue un primer Mundial inolvidable. El 2018 ya está grabado en mi vida", concluyó Marcos quien no afloja con su preparación. Quiere estar bien listo para defender su condición de campeón del mundo. (TodoRoca)