Polideportivo

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22/04/2020

"Al básquet llegué de casualidad"

Foto: Gino Avoledo - gentileza.
Foto: Gino Avoledo - gentileza.
Mario Spada tiene una rica historia como jugador y entrenador. Disfrutó de momentos de gloria armando juego y dando indicaciones al costado de la cancha. Hoy tiene un emprendimiento comercial familiar, pero no descarta volver a su pasión.

La verdad es que la entrevista no fue armada pensando en el 22 de abril, el día del entrenador de básquet. Salió por casualidad, es la verdad, pero encontró como protagonista a un referente de esa profesión: Mario Spada. El base que arrancó en Tiro Federal sin saber nada de tirar al aro, asistencias ni rebotes y que con el paso de los años llegó bien lejos, acumulando una rica experiencia junto a un deporte del que se enamoró.

Lo único que han pasado son años sin verlo dar indicaciones dentro de una cancha, pero al escucharlo es cómo si aún estuviera en actividad. Es el mismo de siempre, frontal, sin vueltas. El del tono amable que mezcla una seria reflexión con un chiste y a los segundos le suma una anécdota para lograr una charla atractiva y llena de historia. Una que prometió ser de 15 minutos y finalizó luego de más de una hora.

Ese es Mario Spada, el que defendió la camiseta de Tiro Federal, Del Progreso y Deportivo Roca, para luego ser asistente de grandes entrenadores y que cuando tuvo su chance como DT no la dejó pasar. Fue elegido mejor entrenador en el Torneo Nacional de Ascenso (TNA) y de la Dimayor de Chile y vivió hermosos momentos con una pelota a la que conoció a los 10 años cuando lo invitaron a jugar. Y como él dice: de casualidad.

                                                  

Luego de un par de días de llamados y desencuentros llega la nota y todo arranca con bromas. Es que se sabe que uno puede entablar este tipo de diálogo con el experimentado técnico. 

¡Fue más difícil encontrarlo ahora que cuando era DT!
"Noo, no es así (risas). Es que uno siempre tiene algo para hacer o está haciendo algo, pero siempre es bueno charlar de básquet y hay tiempo para recordar lindos momentos".

La primera pregunta es obligada ¿Cómo va llevando este momento, de afrontar esta cuarentena?

“Con paciencia. No es un momento sencillo. En lo personal estamos con un emprendimiento familiar, uno comercial, una líbrería y hace un mes que tenemos cerrado y no hay ingresos, pero es algo que le está pasando a todo el mundo y hay que tratar de estar tranquilos y salir de esta. No es fácil, pero hay que lograr paciencia”.

¿Ya se retiró de la conducción técnica o hay chances de volver a dirigir?
“Y uno siempre está atento. Por el momento no, pero sí aparece la chance se analizará. La verdad es que hubo también un cansancio de andar viajando. Se necesitan muchas energías para ello y en lo personal me gustaría más un proyecto de divisiones formativas, no un nivel alto de exigencia. Me gustó siempre trabajar con los chicos y poder pasar la experiencia que uno tiene, tratar de mostrar los errores que uno cometió, aprender de ellos y realizar con las formativas, la enseñanza y los fundamentos de esta disciplina. Si algo aparece estaré atento, escucharemos y se analizará”.

¿Por qué el básquet y no otro deporte?
“Porque para el fútbol era un perro (risas) y al básquet lo conocí de casualidad, al básquet llegué de casualidad. Tenía 10 años cuando descubrí la cancha de Tiro Federal, una clase que estaba dando Eduardo Menni a unos cinco chicos y me preguntó que sí quería jugar. Le dije que no sabía nada de nada y arranqué. Y me encantó, me enamoré. Me sentía muy bien, me gustaba mucho jugar. ¿Viste cuando algo te sale natural? Bueno, eso pasaba y me encantaba estar horas y horas jugando. No me gustaba mirarlo, ni había visto básquet antes, me gustaba jugarlo”.

                                         

Digamos que Eduardo Menni y esa invitación fueron los responsables…

…Sí, fue el mejor entrenador que tuve. Era periodista y de su mano di los primeros pasos en Tiro Federal y luego también fui me entrenador en otras edades y en otros clubes.

Hace poco le realizaba una nota a Ángel “Nene” Travecino y con usted pasa algo similar. Se los identifica mucho con Deportivo Roca, pero todo arrancó en Tiro Federal y en su caso también hubo muchos años en Del Progreso.
“Sí, pasa eso. Tiro fue el inicio, la infancia, los primeros pasos, inolvidables. Y a Progre le tengo un cariño enorme porque viví momentos muy lindos en todo el club, jugando hasta los 18 años y disfrutando de la pileta y muchas horas en el club. Al Depo voy por una decisión de buscar algo más, de crecer, de intentar dar un paso en el deporte. Se dio que Roca se armó con grandes pretensiones, sumó al Loco Iglesias, también de Tiro, con la idea de pelear torneos y fue algo estrictamente profesional porque a Del Progreso lo guardó siempre entre los grandes recuerdos. En 2011 volví al club para dirigir en el Torneo Federal y el trato fue siempre espectacular"

Estuvo varias etapas como asistente y luego tomó la decisión de dirigir en primera…
“…No, en realidad, mi etapa de entrenador se dividió en partes. La primera arrancó a los pocos años que dejé de jugar, fue con el Depo en una Liga C, un clasificatorio con ascenso a la Liga B. Fue una muy linda experiencia. Había un lindo plantel, con la base de la Liga Norpatagónica del año anterior, con el Chueco Héctor Haile y el Pájaro Mazzella que habían llegado para esa Liga y recuerdo que se sumaron Juan Garayzar, Sergio Kocina, teníamos como extranjero a Brian Nolan y un grandote llamado Jorge Corvalán. También estaba el Ruso Rubén Zurbrigk. Fue la campaña de los lindos duelos con Petrolero Argentino de Daniel Jaule que tuvo al Gallo Esteban Pérez, además de Leo Sandón a quién años más tarde pude traer a Roca. Fue en 1989 y 1990 y luego llegó el pase a la Liga B de la temporada siguiente”.

                                     

El recuerdo es automático. Fueron grandes momentos, canchas llenas, partidazos y una linda movida por jugar a nivel nacional. Spada y esa campaña con el “Chueco” Haile – venía de Peñarol de Mar del Plata – y compañía, se dio luego de la que tuvo al Depo con José Cotic, Eduardo Dominé y Booker Jones luchando con Quilmes de Mar del Plata y Ciudad de Buenos Aires, entre otros rivales.
Con Mario como asistente y Duró como entrenador, el “naranja” fue a la Liga B y peleó por el ascenso. Con Santiago Vesco, Jorge “Bolita” Mustafá, Fabio Martín, Kevin Holland, José Cotic, Jorge Delfino y Esteban Terzoli, entre otros. Banco de Córdoba, con Carlos Colla y Echagüe de Paraná, con un tal Leopoldo Ruiz Moreno, eliminaron al conjunto roquense, pero al año siguiente se armó el TNA y Roca tuvo su nueva chance.

Ese campeonato seguirá en el recuerdo de todos. Un plantel que se armó silencioso fue escalando en el exigente torneo, aprovechó grandes noches y se metió en la pelea por llegar al torneo Superior. El triunfazo en la serie ante el Olímpico de Santiago del Estero de Cortijo y Camisassa (3-1) fue un envión. Luego llegó el 3-2 ante Pico Fútbol en cuartos, la dura semifinal ante Deportivo Madryn (3-2) y el gran 3-0 ante Sportivo Independiente de General Pico para regresar a Roca con toda la gloria. Y allí aparecen los nombres de Darryl Parker, Leandro Ginóbili, Ruiz Moreno, Fabián López, Diego Casemayor, Mazzella, Eduardo Crivaro y Eduardo Martínez.

                      

Claro, y luego sí llegaron las etapas como asistente…
“…Sí y fueron varios años acompañando a grandes entrenadores. Estuve con Pablo Coleffi en el TNA, en el inolvidable ascenso de 1992-1993 y sus dos primeras Ligas, llegando a playoffs de Reclasificación en la primera y el quinto puesto en la segunda, luego con el Huevo Sánchez llegando a cuartos de final ante Independiente de Pico, con Sergio Hernández en sus dos temporadas y otra vez con Coleffi en la que fue la descenso. Y luego llegó mi turno de tomar la conducción en tres campañas seguidas del TNA”.

Uno imagina que fue muy importante tener a esos técnicos al lado para lo que vino después…
“…Sí, aprendí mucho. Uno va tomando cosas de cada uno, mirando, escuchando, aprendiendo y luego intenta tener su propio estilo. De todos ellos saqué cosas muy buenas y en especial de Duró. Me gustaba mucho su forma de dirigir”.

Mario, que es una persona sencilla, no lo dice, pero sus primeros pasos con el Depo en el TNA lo tuvieron como el mejor entrenador de la categoría. Elección que también se dio en Chile. Una gran valoración y motivación para seguir trabajando bien fuerte.

Roca vende la plaza y al tiempo se va a Ciclista, justo el último rival que tuvo el Depo en esa terrible semifinal…
“…¡¡¡No, para que hay algo más!!! Cuando Roca vende la plaza a River, yo iba a River, tenía todo arreglado!! ¿Qué pasó? Me contactaron, arreglamos de palabra y debía viajar un jueves a Buenos Aires para firmar todo, pero me llaman antes y me dicen que pasó esto, lo otro y que el técnico iba a ser el gran Heriberto Schonwies (NdR: fallecido en 2010 a los 74 años y con una gran trayectoria) y más allá de todo, fue una gran noticia saber que un técnico con tanta trayectoria iba a agarrar allá. Bueno, me quedé sin laburo y ahí me llama Ciclista. Sí justo el rival que tuvimos en esa semifinal terrible que perdimos en ese quinto juego en Junin. Allí pude tener un muy lindo equipo, con Julio Mázzaro, que para mí era el jugador franquicia”.

Mario pregunta sí vamos bien con la charla, la respuesta es afirmativa y la verdad es que son cientos de partidos, números, nombres, partidos e historia que aparece en cada palabra, en cada recuerdo y todo va saltando de acá para allá, para atrás y hacia adelante, todo atractivo y que también hace movilizar a la propia memoria y esos hermosos momentos del básquet roquense y regional.

                                                

Bien, dejamos Junin y llega la chance de Chile, una experiencia excelente ¿Cómo se dio?
“Ya había jugado allá en dos temporadas en 1977 y 1978 y quedaron buenos contactos y uno, por suerte, dejó buenos recuerdos. En esos años fuimos a jugar con Carlos Iglesias y nos fue bien. Estuve en la Unión Española de Temuco. Voy a Temuco, a la Universidad Autónoma y el presidente de la misma había sido el presidente del club cuando yo fui a jugar. Yo tenía por entonces 22 años y recordaba mi paso y esas temporadas. Eso ayudó mucho a la llegada y luego, en lo deportivo, fue una gran experiencia estar allá en la Dimayor (NdR: fue elegido el mejor técnico del básquet chileno). Y luego voy a Ancud, donde arrancamos muy bien, jugando Liga Sudamericana y luego todo se complicó desde lo económico”

Bueno, eso fue la primera etapa en el vecino país porque en el medio estuvo el regreso a Roca para dirigir Liga B…

…Claro! El Depo ganó la Liga Patagónica y me llamaron para agarrar, pero quedó un plantel diezmado por las partidas de Tettamanti y Sierra, pero hubo intentos para sumar algunos chicos a Leo Ansaloni, Alejandro Palmieri y Sebastián García y a varios juveniles que estaban creciendo y mucho, pero fue difícil. Nadie nos pasó por encima, pero se escaparon partidos y tuvimos un arranque complicado con los partidos que se suspendieron en Del Progreso por los problemas en los relojes. En fin, uno intentó dar una mano, pero no se pudo mantener la categoría. Y de ahí regresé a Chile para otras dos temporadas en Valdivia.

                            


¿En 2010 se toma un año de descanso y vuelve a dirigir en 2011 en Del Progreso?

“Sabes que no me acuerdo todos los años de memoria (risas), pero puede ser. Sí sé que volví a Roca”.

¡Por lo menos el archivo lo ve entre otras cosas dirigiendo en un torneo Maxi en Cutral Co!
“Puede ser (risas). Sí, fui a dar una mano, a divertirme con varios chicos como Casemayor, Graffigna, Corominas, Londero, creo. Sí y hasta sumamos un viaje. Luego de eso vino Del Progreso, para dirigir el Federal. Y lo último fue siendo asistente de Seba García en el Depo”.

¿Vamos con un clásico ping ping haciendo memoria?

“(Risas) Bueno, dale, pero dame tiempo para responder. Son muchos años, partidos y nombres”.

¿Cuál fue el mejor equipo en el que jugó?
“El Depo de 1985. Era un gran equipo. Estaban el Loco Iglesias, Charles Russell, el Flaco Walter D´Alessandro, Luis Heredia, Riolfo, González, Zarasola, Fantauzzi y Adrián Romagnoli era uno de los más jovencitos”.

¿Cuál fue el mejor extranjero que tuvo como compañero?
Lo de Charles Russell fue espectacular. También  era muy bueno Carlton Johnson cuando llegó al Depo, muy buen tirador.

Y uno imagina que también quedan grandes amigos de estas experiencias…
…Sí. Con Daniel Martignone hay una gran amistad. También con Héctor González y otros chicos de esa época.

¿Tuvo uno de esos partidos personales que no es olvida?
Nunca fui goleador ni figura, pero aún varios me recuerdan un juego que me tuvo como protagonista por el desenlace. Fue en Del Progreso, creo que en una final regional, a cancha llena ante el Independiente de Neuquén de Jim Ratiff, uno de los primeros extranjeros que jugó en la zona. No quedaba mucho en el reloj, unos 4 segundos y hubo un salto entre el Loco Iglesias y Alippi y con Carlos (Iglesias) nos conocíamos de memoria y ya lo hacíamos en Chile. Iba muy bien arriba, era un gran saltador, ganaba el salto y sabía dónde yo iba a correr. Y fue así, tomé la pelota y ganamos con mi doble. Es un muy lindo recuerdo.

También hay derrotas duras que no se olvidan ¿Tuvo de esas?
Sí, pero fue una gira en realidad. Fue en 1985 en un clasificatorio, no recuerdo exactamente si era para la Liga B, pero caímos primero en Madryn en un final increíble en el que pudimos ganar con una bandeja del Flaco D´Alessandro y luego caímos en Necochea en ese mencionado partido con Rivadavia en el que el Loco Iglesias hizo de todo, pero perdimos por diez puntos. Y nos quedaba una chance, ante Sporting en Mar del Plata y ellos sin sus extranjeros que habían sido cortados por el tema de plata y no pudimos ganar. El Gurí Adolfo Perazzo definió el partido en los segundos finales con unos libres. Fue un golpe duro porque con un triunfo se avanzaba.

¿Carlos Iglesias fue el mejor jugador que vio jugar en la zona?
“Sí. Era el mejor, un gran goleador. Bueno, las crónicas que hay hablan de sus noches, pero yo en particular, además de esas en las que hizo 50 ó 60 puntos, recuerdo una noche en Necochea que la rompió, hizo de todo a pesar de la derrota y la gente de Necochea se lo llevó en andas. Fue espectacular. En lo personal, en la cancha teníamos una química muy buena y era jugar casi de memoria”

¿Y el mejor extranjero que dirigió?
“No lo dirigí yo, pero Lucius Davis era muy bueno. Yo fue asistente con él jugando para el Depo, pero era un estadounidense brillante”.

¿El mejor equipo que tuvo como rival siendo usted técnico?
“El Ben Hur de Rafaela del TNA con el estadounidense Cantrell y Storani, entre otros. Y el Ciclista que nos ganó 3-2 la semifinal con Mázzaro y el Chuni Merlo. Dos grandes equipos”.

¿Quedó alguna cuenta pendiente con el básquet?

“Eso de decir que si volviera a nacer haría lo mismo sería mentir porque siempre hay errores y momentos de decisiones que pudieron haber sido diferentes. A los 17 años fui a probarme a Boca, fuimos con el Loco Iglesias y nos fue bien, jugamos ante grandes jugadores, estuvimos a la altura de ellos, me daban casa, comida y plata, pero en ese momento prioricé el querer estudiar y pegué la vuelta. También sucedió una vez que debía volver a Chile a Temuco y cuando estaba acá en Roca me llamó Obras para dirigir Liga y quizás hoy estaría aún en la Liga, pero había dado la palabra y valoré esa decisión y regresé a Chile. También tuve una chance de ir a Colombia y son cosas que uno va repasando, pero que no puede arrepentirse. Son decisiones y siempre estamos decidiendo. En todo lo hacemos y hay que elegir. Uno se puede preguntar a cada rato que hubiera pasado sí, tal cosa…Hay que elegir y avanzar y eso intenté hacer.

                                  

Para cerrar. ¿Sí aparece una chance hay más Mario Spada como DT?

“(Risas) Ya te lo dije. Sí es un proyecto interesante, lo vamos a pensar, claro que sí. El básquet es algo que me apasiona”.

Ficha personal y trayectoria
Mario Spada nació el 11 de julio de 1955 en Roca, tiene 64 años y hace más de 40 años que comparte su vida con Gladys.
Como jugador hizo formativas en club Tiro Federal y Del Progreso y llegó a Deportivo Roca a los 18 años (1973). En el “naranja” jugó en primera división, en la primera etapa, hasta 1977 cuando se fue a jugar a Chile por dos temporadas (1977 y 1978).
De regreso volvió a Deportivo Roca donde completó su carrera como jugador, la cual terminó en la cancha de Cipolletti, jugando por el Asociativo en 1985, con Mario cumpliendo 30 años.
En ese 1985, aportando su experiencia, comenzó a trabajar en las formativas que armaron en el Depo y a partir de allí empezó a capacitarse en la conducción técnica.
El debut como DT fue en el “naranja” en una Liga C que daba la chance de llegar a la B. Fue en la temporada 1989/1990 y luego fue asistente de Fernando Duró en Liga B siguiente (1991-1992), de Pablo Coleffi en el recordado título del TNA 1992-1993 y del mismo entrenador en las campañas en primera en 1993-1994 y 1994-1995. Su tarea como asistente se extendió en el club con los pasos de Oscar “Huevo” Sánchez (1995-1996) y Sergio Hernández (1996-1997 y 1997-1998) y en la última en primera, en 1998-1999 con Pablo Coleffi.
Luego tomó la dirección técnica del Depo en el Torneo Nacional de Ascenso en las temporadas 1999-2000, 2000-2001 y 2001-2002.
Tras la venta de la plaza del “naranja”, Mario viajó a Junin para dirigir a Ciclista (TNA 2003-2004) y luego viajó a Chile para ganar mucha experiencia. Allí dirigió a la Universidad Autónoma del Sur (Temuco) en 2004-2005 y a Deportes Ancud (2005-2006), ambos de la Dimayor del vecino país.
En 2006 regresó a Roca para colocarse al frente del equipo del “naranja” que jugó en la Liga B y luego de esa campaña regresó a Chile para dirigirse a Deportes Valdivia.
En 2010 estuvo en suelo roquense en un año de descanso y en 2011 regresó a la dirección técnica para dirigir a Del Progreso en el Torneo Federal. Luego fue asistente de Sebastián García en Deportivo Roca, en el mencionado Torneo Federal. (TodoRoca)