18/09/2022

Un mal diagnóstico: Crisis Política.

Un mal diagnóstico: Crisis Política.
Un mal diagnóstico: Crisis Política.
Nota de reflexión enviada por José M.·. E.·. Suárez, San Sebastián.-

Los hechos acontecidos en el transcurso de estos días que bajo ningún punto de vista dejan de ser totalmente reprochables, pretenden que la sociedad, desde algunos sectores políticos y mediáticos, se los vea como que está en juego la democracia. Desde el advenimiento de la misma considero que nunca más estuvo, ni en juego, ni en la mente de nadie, el retroceder a lugares oscuros de nuestra historia. Lo que puedo decir es que los responsables de que en todo este tiempo vengamos en caída libre es la calidad dirigencial con la que contamos a la hora de tener que “optar” en una elección.

Cuestiones económicas siempre sufrimos a lo largo de nuestra historia, hay generaciones que las palabras inflación, inseguridad, hambre, desnutrición, jubilados, entre otras, las llevamos marcadas en nuestras vidas y parece que vamos a irnos de lo terrenal sin saber lo que es no convivir con ellas. Estas problemáticas, porque no son solo palabras, de las que se debería estar dialogando para empezar a combatirlas, son las que menos se intentan tratar.

No tenemos ni una democracia enferma, ni somos una sociedad con ningún diagnóstico terminal, lo que tenemos es un puñado de ciudadanos inmersos en la política que discuten otros temas, están en otra sintonía. Estos ciudadanos que elegimos para ocupar cargos públicos, los llamamos “políticos”, son los beneficiados a la hora de prestar juramento para asumir en su cargo con determinados privilegios que los dé a pie no tenemos. No puedo dejar de decir que “confunden” lo público para hacer política partidaria y, por ejemplo, convierten sus despachos del congreso en oficinas partidarias, donde hacen uso de lo público a discreción. Nadie controla su labor parlamentaria, hay bloques en general y legisladores en particular que pasan totalmente desapercibidos.

Lo cierto, que los años que están en sus cargos, la disponibilidad de lo público es para la política, no para hacer uso de los recursos en tener buenos asesores, capacitarse y realizar proyectos que cambien sustancialmente la vida cotidiana de la sociedad. Hablo de sociedad, porque considero que, si bien se puede y hasta es sano pensar distinto, la inseguridad, la problemática de los jubilados, la desnutrición la padece siempre una persona, sea de la ideología que sea, los problemas no tienen ideología, si pueden ser vistos desde diferentes perspectivas, pero a la hora de solucionarlos el lugar donde se debe hacer es en el congreso, ahí los mecanismos deberían funcionar para que emane de esa institución el mejor proyecto. No estoy describiendo una utopía, deberíamos exigir que así sea, porque en detrimento nuestro pensemos como pensemos, se tributa para ellos también, y cuando vas a comprar, o pagas cualquier tributo, no estás exento por ser de derecha, izquierda, o libre pensador. 

Nada está dicho aún respecto de lo que puede llegar a pasar, se vienen elecciones el año que viene y están en modo campaña, lo que a mi manera de pensar es una total falta de respeto, ya que solo se los ve en los medios que les son cómodos o bien usando las redes como si todos fuésemos parte de ese mundo virtual que los preocupa tanto. Escala tanto el nivel de inconsciencia de los políticos que no se dan cuenta de que la mejor forma de demostrar que tienen capacidad es llevando a la práctica su función. En estos momentos en la crisis que se encuentran no alcanza con gestos, hoy es momento de replantearse la carrera de políticos que hicieron y dar un salto cualitativo.

Oficialismo, oposición y medios en general, es vital darse cuenta  que jugar para un sector u otro hoy como estamos no le hace bien, ni a los propios, ni a los que piensan distinto, tampoco creer que como sociedad vamos a entrar en pánico por hacer uso de términos con la palabra crisis adelante, porque quienes tienen el deber de revisar su actuar y realizar una profunda autocrítica son ellos los que elegimos para que nos representen. Y con relación a los medios solo entender que también forman parte de la sociedad, por más libertad de expresión que los ampare.

Los fanatismos son creados justamente para radicalizar ideas, conduciendo a sociedades enteras como lo demuestra la historia a nefastos resultados. Con los grandes problemas estructurales que tenemos, como sociedad, no podemos pensar en caer en esa radicalización que solo es beneficiosa para quienes pretenden hacernos creer que somos nosotros los que estamos en crisis, que la democracia está débil, que la culpa es del otro. Cuando realmente quienes deben ser puestos en el banco de los acusados son todos los que vienen castigándonos como sociedad y haciendo un mal uso de las instituciones. Ese real castigo debe ser en las urnas, tomando el voto, como lo es, una obligación, pero cívicamente sabiendo que tenemos que tener memoria para ser nosotros los fiscales del actuar de los ciudadanos, “políticos”, y no caer más en el dejarlos hacer, desentendiéndonos. Es aquí donde los medios y las redes cumplen un rol fundamental, para poder mantenernos informados.

Como electores solo debemos reflexionar y entender que darle a un candidato la posibilidad de estar cuarto o seis años en un cargo público no es para hacer lo que le plazca, sino que entienda que sobre sus hombros tiene la responsabilidad del destino de todo.

 José M.·. E.·. Suárez, San Sebastián.-

[email protected]