"Roca necesita un proyecto de Roca y para Roca"

Nacido y criado en General Roca, Carlos viene de una familia humilde y laburante, donde el dinero no sobraba. Su padre se dedicó siempre a la industria de la carne y su madre era empleada de comercio.

Su infancia, la recuerda como una etapa de enseñanzas y de aprendizaje pero también como una etapa difícil dado que, sus padres, trabajaban todo el día y prácticamente estaba solo. “A veces me quedaba dormido en la mesa esperando que papà llegue a cenar, pero no lo juzgo porque él estaba laburando. Papa llegaba tarde y se iba muy temprano porque la carne se abastece desde las 5 am”.

Para ayudar en casa, realizaba las tareas de limpieza en los tiempos en que no concurría al Colegio. Toda su educación primaria y secundaria la realizó en el Colegio Domingo Savio de  General Roca.

“En mi casa había una gestión de familia, me inculcaron valores y respeto, hacia las personas y hacia las instituciones”, cuenta Carlos con mucho orgullo y cierto rasgo de melancolía.

Sus padres se divorciaron cuando era un niño, en épocas donde divorciarse era muy duro y, aunque recuerda esos años como tiempos sumamente difíciles, supo revertir la situación y salir adelante. “De un día para el otro pase a ser el hombre de la casa y me tuve que hacer cargo de cosas importantes pero me sirvió. Siempre al lado de mi madre”.

Carlos termino la escuela secundaria y, con un esfuerzo muy grande de su madre, se fue a estudiar a Córdoba donde a los pocos meses monto su propia empresa con un compañero. “La situación económica en casa era muy complicada y me puse a trabajar para no generar gastos. Con un amigo armamos una empresita de desinfección. Empezamos trabajando en nuestro edificio y la administración del consorcio nos terminó dando un montón de edificios para trabajar”.

De adolescente y recién llegado a Córdoba, Carlos se volvió autosuficiente para no generar gastos en su casa y avanzò con su formación universitaria hasta que el destino le puso un obstáculo en el camino.

“A mama le diagnosticaron un cáncer y no lo dudé. Decidí volver para acompañarla”. Estando de regreso en su ciudad, Carlos repartía su tiempo entre proyectos personales y el cuidado de su madre.

En su regreso a Roca, empezó trabajando en la histórica confitería “Viejo Molino” ubicada en calle Tucumán al 700 como encargado general de compras y realizando múltiples tareas. Tenía aproximadamente 22 años y estaba  a  cargo del cuidado de su madre y del sustento económico, dado que era el único ingreso que tenían.

Carlos tuvo que madurar de golpe y salir a ganarse el mango de chico. La infancia y la adolescencia se le terminaron antes debido al contexto que le tocó afrontar con la enfermedad de su madre. Toda su experiencia de vida la vuelca en su labor, tanto en la gestión pública desde su rol como Ministro de Producción y Agroindustria de la Provincia de Rio Negro y, en su actividad privada, como  productor vitivinícola. La calle le enseño mucho y también los referentes que tuvo en la vida como el recordado Pablo Verani, ex Gobernador y Senador de Rio Negro. “Con Pablo compartíamos una gran pasión por los caballos, nos hicimos muy amigos y compartimos mucho, pero jamás hablamos de política. Yo en ese momento era muy joven y completamente apolítico” cuenta.

"Yo era amigo de Emilio Verani, hijo de Pablo, y de ahí lo conocí a Pablo. Pero nuestro feeling venia por los caballos, no hablábamos de política, pero sin dudas que algo aprendí.  Viaje y compartí mucho con ellos,   pero jamás se pasaba por la cabeza meterme en política", recuerda.

Hoy su familia está conformada por su mujer Rosana, oriunda de Saavedra, Medica de Profesión, con quien se encuentra en pareja desde hace más de 20 años, y sus dos hijas, Pilar y Candela, que se encuentran cursando sus estudios universitarios. Hoy a sus 47 años de edad, la vida lo encuentra muy consolidado en el plano laboral con una bodega que adquirió con su familia desde donde, hace más de 10 años, viene produciendo vinos calidad en nuestra región y con siete años como funcionario público de la Provincia de Rio Negro.

Sus inicios en Política

El Ministro nos cuenta que  viene de una familia apolítica pero, esto se debe a que su abuelo (Emeterio Banacloy) fue concejal del Partido Justicialista en los años 50, una época muy compleja donde para estar en política había que invertir y su abuelo por el partido, perdió muchos bienes al punto tal de quedar en banca rota.

Ese recuerdo de su abuelo, invirtiendo capital y perdiendo todo por un partido político, quedo latente en su padre y esté se lo trasmitió. De esta manera, Carlos vivió gran parte de su vida criticando a la política y sin involucrarse. Hoy reflexiona “La gente tiene que involucrarse en política, no sirve quedarse de brazos cruzados en la casa quejándose, hay que participar”.

Sus inicios en la política llegaron de la mano del entonces Ministro de Gobierno Luis Di Giacomo, quien lo invito a sumarse; en su rebeldía se negó en un principio para sumarse tiempo después. “Me costaba involucrarme, miraba de costado a la política”. “En un acto al que fui invitado le presente un reclamo al Gobernador Alberto Weretilneck sobre el sector productivo y el mismo Gobernador, me invito a sumarme para resolverlo desde la gestión”. “Era un contexto difícil para el Gobierno de Weretilneck dado que Pichetto había decidido competir por la Provincia llevándose consigo a muchos funcionarios que ocupaban sectores claves y los lugares estaban vacios”.

Para el Ministro Banacloy fue clave la estrategia de Alberto Weretilneck de empezar a sumar gente del sector privado a su espacio. “Cuando decido sumarme lo hice para acompañar el proyecto de un chacarero de Allen (Alberto Diomedi) en la Secretaria de Fruticultura, de esa forma era como que me sentía más identificado, le esquivaba a la política”.

Con los años Banacloy se fue consolidando hasta llegar a su cargo actual de Ministro de Producción y Agroindustria de la Provincia de Rio Negro. Su conocimiento específico y su apolítica, lo convirtieron en un cuadro técnico dentro del espacio que representa, pero con los años empezó a delinear una forma de ver las cosas al punto tal de ser hoy uno de los referentes de Juntos Somos Rio Negro en General Roca. Su experiencia en la gestión pública y en la producción local, lo posiciona inevitablemente como uno de los posibles candidatos para competir por la intendencia de su ciudad.

La ciudad de General Roca.

El Ministro Banacloy elige hacer hincapié en proyectos a largo plazo. “Roca necesita un proyecto de Roca y para Roca”. “Tenemos que pensar Roca de acá a 20 años”. Cuando le consulto sobre sus ambiciones personales respecto a la intendencia de la ciudad, se muestra muy cauto. Nos dice que no le gusta personalizar o hablar de nombres sino más bien, prefiere convocar a referentes de distintos ámbitos de la ciudad para discutir un modelo de ciudad integrada a la provincia, con diversificaciones en la matriz productiva.

“El proyecto de Roca, debe ser generado por gente de Roca, y aquí levanto la mano para ponerme a trabajar en el armado de ese proyecto, pero sin pensar en un cargo o una elección”. “ Yo viví toda la vida en Roca, tengo mi casa acá, y pienso vivir acá siempre, por eso convoco a empresarios, productores, dirigentes, y personas de distintos sectores para empezar a trabajar en un proyecto de ciudad que contemple los próximos 20 años. Tenemos que plantearnos objetivos de acá a 20 años”

“Yo me ofrezco, pero no como candidato a Intendente sino, para recuperar esa mirada estratégica que tuvo en su momento Roca con la llegada del gringo Soria”. “Al gringo Soria lo votamos todos, porque estaba muy comprometido con su modelo de gestión. Era un tipo que estaba todo el tiempo caminando la calle recorriendo las obras. Tenía claro a donde iba”.

Para Carlos Banacloy, Roca perdió ese modelo de gestión para pasar a ser un modelo de bastión político donde se dejó de priorizar a la ciudad para priorizar el espacio político. Las discusiones dejaron de tener una mirada integradora y Roca perdió centralidad.

Banacloy plantea consolidar la matriz productiva y diversificarla, pero todo depende de la macro economía. “Nuestro proceso inflacionario del 50 % vuelve imprevisible cualquier actividad productiva”. “Nuestros competidores del hemisferio sur tienen previsibilidad, y contra eso nosotros hoy no podemos hacer nada”.” La Argentina carece de previsibilidad para todos los sistemas productivos”. “La política se debe grandes discusiones para marcar el rumbo de hacia dónde vamos” concluye.

Su gestión la defiende planteando que desde la Provincia financian a tasas subsidiadas al sector productivo desde hace siete años, con tasas que van de 0 a 12.5 %. Considera que a nivel país, falta una visión estratégica que fomente el sector productivo. “La política se debe grandes discusiones para marcar el rumbo de hacia dónde vamos”, finaliza.