27/03/2019

Un crimen, una venganza, y una guerra de amor y odio que no tiene fin

Uno de los proyectiles cruzó la ventana de la casa de América Antinao.
Uno de los proyectiles cruzó la ventana de la casa de América Antinao.
"Tengo miedo que una bala mate a mis hijas o a mi nieta", dijo la madre de dos de las involucradas en una increíble y sórdida historia que ocurre en barrio Nuevo.

Hace más de una semana, en calle Defensa 3363, el impacto de las balas perforó las paredes y ventanas, y cruzó una parte de la vivienda que habita América Alejandra Antinao (47) con sus cinco hijos y una bebé de apenas ocho meses. 

Era el comienzo de una venganza que parece no tener fin. La disputa entre las familias Etchegaray y Colicheo suma hasta un crimen, el de Carlos "Charo" Etchegaray, quien murió ultimados de varios disparos en el pecho el mes pasado, en un asesinato a sangre fría que habría sido cometido por Raúl Colicheo (prófugo) junto a Gustavo "Tuta" Pereyra (detenido), según relató el fiscal Luciano Garrido en la audiencia de formulación de cargos.

América aclara que hace casi 18 años que ya no convive con Colicheo y que al único problema es que allí viven las hijas de su expareja. "Ya no soportamos esta situación porque nos disparan a toda hora. No tenemos nada que ver y tengo miedo que una de esas balas mate a mis hijos o a mi nieta de ocho meses", asegura esta mujer, quien hasta hace poco tiempo llevaba adelante un merendero para el barrio.

Antinao relata que el origen de esta guerra surgió por una relación conflictiva que tenía su hija Yésica con el propio "Charo" Etchegaray (víctima) con quien mantuvo un vínculo de nueve meses.

"El problema es que ella se separó y Etchegaray la amenazaba constantemente. De allí vino la pelea y los disparos que dieron muerte a este hombre pero nosotros no tenemos nada que ver. Yo hace casi 18 años que no convivo con Colicheo quien -en teoría- seria el autor del hecho", dijo.

Lo llamativo del caso es que Yésica Colicheo se encuentra embarazada del Etchegaray y en los últimos días volvió a vivir con la familia de la víctima, relata su mamá, lo que volvió a generar momentos de tensión entre las partes.

"Yo lo único que digo es que ni yo ni mis hijas ni mis nietas tenemos nada que ver. Le pido al fiscal, al juez que me ayuden que pongan una guardia en mi casa porque dos por tres pasan y nos tirotean, ya no sabemos qué hacer", dijo la mujer de 47 años, quien está desesperada por la situación que le toca atravesar.

Pidió a las autoridades una custodia las 24 horas ya que por su situación económica, no puede trasladarse a vivir a otro lugar de la ciudad. "Todo el día tenemos miedo, vivimos encerradas y por eso pedimos la intervención para que nos ayuden", sostuvo. (TodoRoca)

 

 

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