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26/01/2021

El INTA y una ONG cannábica preparan un cultivo de cannabis

El INTA y una ONG cannábica preparan un cultivo de cannabis
El INTA y una ONG cannábica preparan un cultivo de cannabis
El proyecto se retoma este año en dos hectáreas del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria.

La revista de divulgación de cultura canábica THC publicó una nota referida al proyecto de cultivo con fines científicos y medicinales de marihuana en el predio dos hectáreas del INTA en Guerrico.

Lo singular es que en este caso se trata de un proyecto en el que la institución estatal trabaja codo a codo con una organización civil cannábica. Se trata de una forma de labor conjunta que está contemplada en la nueva reglamentación de la Ley de Cannabis Medicinal.

Pero este proyecto arrancó antes. En términos de seguridad, lo único que quedaba pendiente antes de arrancar a plantar era cercar el perímetro, instalar las luces y cabinas de control.

Con todo eso listo, solo resta cumplir el último requisito: obtener la resolución final por parte del Ministerio de Salud.

“Al cambiarse la reglamentación de la ley de cannabis medicinal, necesitamos una nueva resolución”, explica Mariana Amorosi, impulsora del proyecto en el INTA. Y agrega: “Nos permitirá importar las semillas que nos donan de un banco de Colombia que está habilitado para investigar”.

Tanto Amorosi como Roxana Aguirre, integrante de la Comisión Directiva de la ONG Ciencia Sativa, coinciden en que la aprobación final será dentro de poco tiempo. “Estamos en un momento de transición, pero creemos que la resolución se dictará rápidamente porque días atrás se dictó en un proyecto similar que se realiza en Misiones”, dice Aguirre.

Las mujeres al mando

“Al cambiarse la reglamentación de la ley de cannabis medicinal, necesitamos una nueva resolución”, explica Mariana Amorosi, impulsora del proyecto en el INTA. Y agrega: “Nos permitirá importar las semillas que nos donan de un banco de Colombia que está habilitado para investigar”.

Tanto Amorosi como Roxana Aguirre, integrante de la Comisión Directiva de la ONG Ciencia Sativa, coinciden en que la aprobación final será dentro de poco tiempo. “Estamos en un momento de transición, pero creemos que la resolución se dictará rápidamente porque días atrás se dictó en un proyecto similar que se realiza en Misiones”, dice Aguirre.

La mayoría de las personas que trabajan en el proyecto son mujeres desde el INTA como desde la ONG, también desde los roles de cultivadoras y expertas. Aguirre aclara: “Somos generadoras de muchas propuestas y protagonistas de ellas”.

Asimismo, explica que el papel de las mujeres “es muy importante en la ONG”. Tal es así que el año pasado trabajaron en la creación de una comisión de género y un protocolo para casos de violencia.

Un cambio de paradigma que también se siente dentro de la comunidad cannábica.

En busca de financiación

Además de ser clave la resolución de Salud para comenzar a cultivar, la misma definirá los requisitos para conseguir la financiación y así poner en marcha el proyecto.

Aunque la idea original era que el Estado pueda costearlo, los planeas cambiaron cuando llegó la pandemia. Según Aguirre, el proyecto requiere 2.000.000 de dólares para funcionar.

Por su parte, el INTA apoya la investigación (de hecho, brinda dos hectáreas de su predio), pero no la financia. La asistente de planificación del Centro Regional de Patagonia Norte del INTA, Amorosi, aclara que “para el organismo es un cultivo totalmente nuevo”.

Ella promovió el proyecto desde adentro del INTA con el objetivo de que quienes necesiten el aceite de cannabis tengan acceso a uno de calidad y trazable. Para Amorosi, el cultivo servirá para “asesorar a los que quieran plantar y también a las empresas, municipios y provincias”.

Beneficios económicos

El proyecto propone una investigación científica y agronómica. “Empresas nacionales mostraron interés en invertir. Evaluamos la factibilidad de hacer convenios y avanzar con el cultivo”, sostiene el licenciado en Biología y miembro de la ONG, Santiago Juárez.

Desde la organización intentaron conseguir el financiamiento de los Ministerios de Ciencia, Desarrollo Productivo y Agroindustria. “Llegamos hasta Presidencia, pero no tuvimos respuestas favorables. La situación actual no nos ayuda”, aclara.

“Todos los privados lo ven con potencial económico”, dice Amorosi. Barajan la posibilidad de que el financiamiento sea un consorcio público-privado, de no ser posible solamente estatal.

Calidad y trazabilidad de las semillas

Otro de los avances que tiene el proyecto es el acuerdo con una empresa que hará la trazabilidad de cannabis. “En el INTA Bariloche vamos a hacer un mejoramiento genético para lograr un banco de semillas estatal porque no existe”, dice Amorosi.

El sistema analiza la semilla desde que ingresa al país hasta que se produce el aceite. Servirá para generarlas en Argentina y no importarlas. La integrante del INTA explica: “Queremos abastecer al sector público y privado, y que la gente tenga acceso mediante receta médica en una farmacia pero que sea un costo razonable”.

Se importarán tres lotes de semillas provenientes de Colombia, Estados Unidos y España. “Vamos a tirarlas en la primera prueba agronómica y ahí seleccionaremos el material que seguiremos usando a partir de clones para tener un cultivo más homogéneo”, sostiene Juárez.

Las elegidas

Trabajarán con distintas cepas de CBD y con variedades de THC, y en total serán entre siete y nueve. “Con lo cultivado se harán resinas para procesar en laboratorios públicos y para investigación a través del ministerio de Ciencia y de las universidades”, aclara Aguirre.

Y agrega: “Algunos de los ensayos serán para usuarios por eso recibirán el aceite, aunque no de forma gratuita. Si las personas q no tengan cobertura si lo van a obtener a través del Estado”.

El proyecto avanza contra los miedos y el desconocimiento para intentar desarrollar nuevas tecnologías que beneficien al país.

 

Fuente: Revista THC