Taekwondo

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30/03/2020

"Sigo insistiendo que fue lo mejor que viví con el taekwondo"

Fotos: gentileza.
Fotos: gentileza.
Hace 18 años, en 2002, la roquense Romina Andaluz disfrutó de su debut mundialista. Luego llegaron otras tres citas ecuménicas, pero la primera es inolvidable.

El llamado la obliga al recuerdo y también trae a la nostalgia como invitada. Su vida ha estado ligada al taekwondo, como siempre enseñando y también aprendiendo, pero hace 18 años vivió un momento increíble e inolvidable para todo deportista sin importar la disciplina: el soñado debut mundialista. En 2002, en Tres de Febrero, Buenos Aires, con 16 años, la roquense Romina Andaluz lograba medallas de plata y bronce en el Mundial de Taekwondo. Ella y General Roca subieron a dos grandes podios.

"Fue una experiencia tremenda y lo dije en su momento y sigo insistiendo que fue lo mejor que viví con el taekwondo. Y pensar que luego vinieron los Mundiales de Inglaterra, Canadá y Argentina, incluso ya como entrenadora, pero todo lo vivido y aprendido en 2002 fue increíble", contó Romina, quien desde los 7 años está ligada a este deporte, mientras atiende los pedidos de su hijo.

La historia de ese Mundial dice que Argentina ganó la clasificación general y con Romina como gran protagonista. Fue plata en forma, bronce en lucha y dio batalla por la medalla en rotura, pero una lesión la obligó a decir basta y cerrar su primer gran experiencia mundialista.

Un camino exigente, pero con una gran preparación como principal arma
Pero el camino hasta esos dos podios fue largo y complejo, como suele suceder con el deporte amateur en general. "El Mundial se realizó entre el 7 y 10 de noviembre, pero nosotros viajamos 15 días antes, con el Maestro Ricardo Gómez, mi instructor de toda la vida y con mi familia. Fue un torneo muy exigente, de mucho nivel y con categorías largas, de muchos participantes", inició el recordatorio Romina.

Antes de llegar a la cita mundialista, Andaluz debió superar tres selectivos, lograr su lugar en la delegación nacional y luego trabajar junto a papá José y el resto de la familia para poder reunir los recursos económicos para afrontar el sueño mundialista.

"Los selectivos fueron muy exigentes y los pude superar apelando a mi entrega. Siempre me caractericé por ser aguerrida, ir al frente y no por tener una estrategia. El nivel de compañeras era muy bueno e incluso nos hemos encontrado años después y siempre se habló de ello, del gran nivel que había en esos años. Era muy alto y exigía entrenar muy fuerte. Con mi Maestro siempre entrenamos muy fuerte y llegamos muy bien a las diferentes competencias", agregó la roquense nacida el 30 de noviembre de 1985.

Con el apoyo de conocidos, del club Italia Unida y de varios que aportaron su "granito de arena", Romina logró reunir los 1.500 pesos necesarios para ser parte de un inolvidable Mundial Argentina 2002. "Siempre vamos a estar muy agradecidos a los que nos ayudaron en ese momento. No tiene valor todo lo importante que fueron para estar en ese torneo. Y para nosotros fue aprendizaje porque no sabíamos mucho. No es como ahora que hay muchas maneras de conseguir información", siguió contando Romina.

El arribo a Buenos Aires fue con anticipación, para cuidar todos los detalles ante esa falta de experiencia. "Fue la primera competencia lejana para Ricardo (Gómez) con una alumna suya, la primera cita de este nivel para él y para mí. Llegamos, nos acomodamos y mi Maestro pidió prestado un gimnasio para poder entrenar en piso de goma. No había en Roca y cambiaba mucho la estabilidad de un piso al otro. Insisto, era todo nuevo y buscábamos avanzar y aprender. Además debía cuidar el peso (hasta 58 kilos) y me moría de hambre (risas), pensando en dar todo bien en el pesaje", detalló Andaluz quien ya tenía un nutrido grupo de alumnos a cargo pese a sus jóvenes 16 años.

Dos podios para el recuerdo, pero hubo tristeza y lágrimas
Luego del pesaje quedó armadas las llaves y las mismas se determinó por la fila armada por el pesaje. "Era diferente a ahora. El cuadro se armaba según estabas en la fila del pesaje y te podía tocar con la de adelante o la de atrás. Así que cualquiera podría ser tú rival (risas)", aclaró Romina a la hora de responder sobre sus posibles rivales.

En lucha, la roquense tuvo un brillante torneo y su campaña se detuvo ante una grande del taekwondo nacional: Anabel Lobriglio, dueña del oro en forma y lucha. "Con todo respeto a este momento y a otros, puedo decir que ese fue una época de oro para nuestro deporte y había grandes luchadoras. Y Anabel tenía un nivel impresionante. Ya la conocía y me venció en lucha".

En forma, Romina llegó hasta la final, cayendo ante una rosarina. "La conocía de los selectivos y la verdad es que terminamos y yo ya lloraba antes del fallo. Estaba muy presionada, estresada y cuando dieron el fallo fue frustrante. Fue una gran frustración ser segunda. En ese momento porque hoy miro hacia atrás y todo lo logrado tiene un valor enorme", recordó quien por entonces entrenaba y daba clases en el club Italia Unida.

Con dos medallas, Andaluz fue por más, pero en rotura dio todo hasta que una lesión le impidió seguir. "Hubo varias lesiones y quedé como única argentina. Me rompí el metatarso del pie derecho y traté de golpear con la pierna izquierda, pero fue imposible romper. Ya el médico me había aconsejado no seguir, pero lo intenté. Así que el regreso a casa fue con lesión", agregó sobre el cierre de su tarea mundialista.

"Fue lo mejor que me dio mi vida deportiva"
Al llevar la cabeza y la memoria al 2002, Romina se toma unos segundos y la reflexión y balance cambia a ese momento. Claro, mucho tiene que ver todo lo que vino después y la madurez y mayor experiencia. "Ese Mundial fue lo mejor que me dio mi vida deportiva, fue la experiencia más productiva. Me enseñó mucho y a partir de ello es que trato de aprender de manera constante. En ese torneo, el hijo del creador del taekwondo me dio la medalla y fue algo espectacular, un momento que no se olvida más. De ese viaje, de ese Mundial aprendí a no hacer lo que no hay que hacer (risas) y poder aplicarlo con mis alumnos, Con mu Maestro, que está conmigo desde los 7 años, aprendimos juntos, ganamos mucho en experiencia. Y principalmente, a llevar el mensaje que hay que disfrutar de los procesos, de este tipo de experiencias", concluyó Romina.

Al regreso, Andaluz fue requerida por diferentes medios y su actuación mundialista no pasó desapercibida. "Iba a la radio y atendía al diario, pero no entendía como me hacían notas si había sido segunda, si no había ganado nada. Luego uno entiende que hay que valorar más las cosas", destacó.

La historia de la experimentada taekwondista y los mundialistas no terminó en Tres de Febrero. Todo lo contrario, allí nació. Luego llegaron los pasos por Inglaterra, Canadá y otra vez Argentina, pero todo ello será parte de otro capítulo. El de hace 18 años abrió una gran historia llevando a Roca bien lejos. (TodoRoca)




"Sigo insistiendo que fue lo mejor que viví con el taekwondo"
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