Loteo Angeloni: Vecinos se sienten discriminados y piden atención

Al oeste del barrio Mosconi se levantó el “loteo social Angeloni” y lindante, también hacia el oeste, otro sector de la chacra propiedad de la familia Angeloni, quienes conforman otro loteo.

Son alrededor de 50 propietarios de terrenos y 20 de ellos viviendo en el lugar. Ellos son quienes reclaman y se sienten postergados. Mientras el “loteo social” es considerado “barrio Angeloni” y accede a beneficios (gas, luz, agua), en el sector del “loteo particular” no se ven avances.

“No es contra el loteo social. No tenemos nada en contra del sector, todo lo contrario ya que si se desarrolla nos beneficia a todos, pero queremos que nuestros reclamos sean entendidos y atendidos también”, relatan.

Sobre ellos hay un reconocimiento a medias. Pagan la luz y tienen recolección de residuos pero los trámites para la tenencia de sus tierras no avanzan.

“Todos saben que existimos, que estamos acá y que compramos nuestros lotes, pero no hay acciones concretas. En campaña pasaron todos por acá, pero hoy nos sentimos discriminados”, aseguran.

En un inicio, el emprendimiento se llamó “Álamos del Río” y quien vendía los lotes era Jorge Ernesto Angeloni, y desde su fallecimiento (murió luego de sufrir un grave accidente corriendo rally, en mayo de 2010) la negociación fue con los integrantes de la sucesión.

Entre Angeloni y el exintendente Carlos Soria se concretó la firma de una Carta de Intención en agosto de 2009 y que fue refrendada por el Concejo Deliberante; para el loteo de la chacra y posterior venta. Quedaba a manos del municipio un espacio para loteo social en dicho convenio. El loteo social es el que se desarrolló. En el otro sector, los propietarios aún no logran ser reconocidos y reclaman atención para poder tener definitivamente “los papeles de sus tierras”.

Hoy, la figura visible de la sucesión Angeloni (con domicilio en Cutral Co) es el piloto de rally Nicolás Angeloni (hijo de Jorge Ernesto), aunque ya dejó de aterderles los teléfonos y ni se ha presentado en instancias de mediación que se han fijado, según detallan los compradores.

Allí radica esta doble situación conflictiva. Por un lado el reclamo a los Estados municipal y provincial, y por otro, el conflicto de índole privado y entre particulares.

En medio, los vecinos, con sus ilusiones y sus proyectos y con la necesidad de ser escuchados. (TodoRoca)