Atletismo

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10/10/2019

Dos medallas de oro, premio a la garra y el no bajar nunca los brazos

Sol con Luis, su entrenador. En el podio y con la bandera de Río Negro.
Sol con Luis, su entrenador. En el podio y con la bandera de Río Negro.
Sol Crosta fue la única atleta roquense en las disciplinas adaptadas en los Juegos Nacionales Evita y logró dos muy buenos triunfos.

El "dale, dale Sol" de su entrenador Luis Almada se escuchó bien fuerte al costado de la pista, en los metros finales y ella, con una sonrisa, aceleró en su silla de ruedas, cruzó la meta y se preparó para recibir saludos, felicitaciones y su segunda medalla de oro en Mar del Plata. Sol es Sol Crosta, una joven roquense de 17 años, única atleta de la ciudad en participar en el atletismo para personas con discapacidad en los Juegos Nacionales Evita.

Sol, nacida el 22 de marzo de 2001, cerró de manera brillante su quinta participación en la clásica cita que se lleva a cabo en "La Feliz". La atleta local integró la delegación de más de 800 deportistas que tiene Río Negro en suelo marplatense. Por límites de edad, fue su despedida de los Evita.

Cabe destacar que Bautista Palacios, un ascendente y joven atleta, también estaba clasificado para estar en este encuentro, pero por problemas de salud no pudo viajar. Iba a ser su debut en los Evita luego de un gran año.

En la jornada del miércoles, Sol fue protagonista de la prueba de lanzamiento de bala, marcó 2,90 metros y se quedó con el título en su categoría. Pero hubo más.

Un día después fue tiempo de estar en la pista en la prueba de 100 metros de velocidad y allí hizo valer su experiencia de estar por quinta vez en los Juegos. Ganó la competencia y se colgó su segunda presea dorada, una más para una colección importante de medallas que incluye varios triunfos y podios patagónicos y nacionales.

Sol, quien nació sin poder caminar por la aparición de mielomeningocele en su gestación, hace cinco años encontró en el atletismo una gran contención con la alegría de los viajes, competencias y el cariño de entrenadores (Luis Almada la acompañó en toda esta etapa), compañeros y amigos y el apoyo familiar, siempre con mamá Silvia a la cabeza, aportando aliento. Las ganas por hacer deporte crecieron y también se fortaleció el talento para hacerlo y muy bien. Luego llegó su gran protagonismo en las competencias.

Y como si fuera poco, en diferentes pruebas, su nombre se ubicó bien arriba en las clasificaciones. Fue gran protagonista en ParaEpade, ParaAraucania, Open Internacional y hasta concentraciones con el seleccionado nacional. Ahora festejó en Mar del Plata, pero seguirá, con la garra de siempre, buscando llegar más lejos. (TodoRoca)

Dos medallas de oro, premio a la garra y el no bajar nunca los brazos
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