El jardín "de lata" cumple 6 años, sin edificio propio y con chicos repartidos en tres escuelas

Pasaron 6 años desde que el sueño del jardín propio, para contener una matrícula creciente en la zona noroeste de la ciudad, iba a convertirse en realidad. Pero solo la "mitad", podría decirse, se concretó. El jardín se creó, nació el 112, pero hasta el momento nunca pudo disfrutar de sus propias paredes. Hace un par de años comenzó a construirse su futuro edificio y la alegría los desbordó, pero poco duró. Se sentaron las bases, se levantaron paredes y se llegó hasta el techo. Luego, y hasta ahora, la obra sigue sin fin.
Es por eso que este viernes, a las 11:30 para el turno mañana y a las 13:45 para el turno tarde, se hará una particular celebración de cumpleaños: un abrazo simbólico a la obra que está ubicada en Colón y Urquiza.
¿Qué implica no tener lugar propio? que las diez salas del jardín están repartidas en tres escuelas y en diferentes turnos: los casi 200 chicos que asisten no comparten con sus pares, sí con chicos de escuelas primarias, no se conocen entre sí como compañeritos del mismo jardín y tampoco las maestras. Los padres deben movilizarse diariamente hasta escuelas que están más alejadas y los reclamos surgen demandando mayor presencia, pero la directora no para de sumar kilómetros a su recorrido diario.
Los nenes de 4 y 5 años asisten a la Escuela 275, en ambos turnos, otros a la Especial 1 y otros a la 289. "La construcción que vamos a abrazar comenzó en 2017, nos dijeron que el plazo era de 6 meses. La promesa de terminarla pasó de Nación a provincia, pero la obra sigue parada, se van dilatando los plazos y solo escuchamos promesas", lamentó la directora del jardín, Claudia Schwert.
"Es como tener tres jardines en uno. A veces, como ni los chicos ni las maestras se conocen, nos reunimos en una plaza cada mes para que nos veamos como jardín", agregó la docente.

Jardín "de lata"

Insólitamente pasaron años, aún sin respuestas.
Pero el destino parece haber estado marcado desde el principio: el jardin nació funcionando en una gamela prefabricada de lata, allí tenían clases más de un centenar de chiquitos y por eso le llamaban el jardín "de lata".
El viernes cumplirán 6 años pero no pedirán tres deseos, solo uno: "el edificio propio". (TodoRoca)