Lo que nos dejó el Apagón

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17/06/2019

Las postales: "El apocalipsis", la heladería y el "chino sumador"

Las postales: "El apocalipsis", la heladería y el "chino sumador"
Las postales: "El apocalipsis", la heladería y el "chino sumador"
Las postales de un día del Padre "incomunicados" o "comunicados".

Los roquenses estuvimos 13 horas sin energía eléctrica y en medio del Día del Padre, el tema fue el centro de las conversaciones. Mientras la lluvia caía, y llegaba la noche, todo se fue complicando aunque el regreso de la luz devolvió algo de alivio sobre el final del atípico domingo.

"Llegó el apocalipsis": Cerca de las 19:45 se escuchó el grito en plena calle Sarmiento y Tucumán. Poca gente caminaba a esa hora de la tarde/noche pero el joven de la moto pegó el grito a los cuatro vientos y bajo la lluvia. Más de uno soltó la carcajada y quedó "regulando" por la inesperada expresión en medio de la oscura tarde roquense.

Lleno total: La heladería Lion's que se encuentra ubicada en Isidro Lobo y avenida Roca estaba repleta minutos antes de las 20. Y no era por la temperatura porque en esta fecha poca gente se anima a salir de su casa a comprar un refrescante y delicioso helado. El tema es que en el céntrico local había equipo electrógeno (tenían energía propia) por lo que las instalaciones estaban a full de clientes. Claro, más de uno, que a esa hora de la tarde ya se estaba quedando sin carga en el celular, aprovechó para pedir un ratito el enchufe y llevarse algo de batería en su equipo telefónico.

"Incomunicados o comunicados": El tema del corte de energía fue el gran debate en la mesa del día del Padre. Es que no pocos discutieron si el problema traía "incomunicación o comunicación". Por un lado estaban los que agradecían el "apagón" ya que todos los celulares estaban apagados, no había televisión ni radio, y tampoco había internet por lo que llamativamente volvió a fluir la comunicación. En realidad, y como pocas veces, la charla volvió a la mesa.

"Chino suma rápido": No fueron pocos los vecinos que tuvieron que salir apurados a realizar las compras de último momento. Los grandes supermercados tenían equipo electrógeno pero como siempre dejamos todo para último momento, la cantidad de gente que se había agolpado superaba los tiempos de espera. ¿Y en estos casos, a quién recurrir si no es a los supermercados chinos? La escena resultaba bastante cómica en el local de calle Italia casi Estados Unidos. Calculadora en mano, el joven oriental cobraba en la caja mientras que le pedía a su otro compañero -también oriental- los precios de alguna mercadería que no recordaba. La respuesta (no cabía duda alguna) también era en idioma oriental por lo que difícilmente se podía descifrar el número.

La mujer obviamente también oriental, linterna en mano, trataba de guiar a los eventuales clientes por el pasillo donde se encontraban los productos, que estaban sumidos en una total oscuridad. Con un español muy rebuscado, intentaban explicarle a una mujer dónde se encontraban las cervezas "Heinekel, Heikenel..."

Lo más sorprendente resultaba a la hora de pagar. "Son dos paquetes de galletitas, cada uno sale 24 pesos", le dijo el cliente. "24 más 24, igual 50", dijo el trabajador oriental con tanta seguridad que ni siquiera se animó a levantar la vista. (TodoRoca)