30/09/2018

Alimentos saludables: Viejos mitos, nuevas realidades

La buena alimentación, clave para evitar problemas cardiovasculares.
La buena alimentación, clave para evitar problemas cardiovasculares.
La cardióloga Sonia Costantini participó del Congreso Europeo de Cardiología, que se realizó en agosto, en Alemania. Si buscás evitar problemas cardíacos, esta nota te va a interesar.

Los estudios realizados en países europeos y norteamericanos respecto al consumo de ácidos grasos (grasas/lípidos) no mostraron asociación con la mortalidad total y la enfermedad cardiovascular; esta duda en cuanto a los resultados clínicos, podría deberse a que dichos estudios en general se realizaron en países de altos ingresos, donde la ingesta de grasas saturadas se encuentra dentro de un rango limitado (aproximadamente 7-15% de energía).

Para responder a estas dudas, surge el trabajo PURE, un estudio Prospectivo de Epidemiología Rural y Urbana, para poder estudiar el impacto de la dieta en la mortalidad total y las enfermedades cardiovasculares en diversos entornos, como aquellos donde la sobre nutrición es común y donde la desnutrición es de mayor preocupación. EL objetivo del trabajo de Dehghan M y colaboradores, fue evaluar la asociación de grasas (totales, ácidos grasos saturados y grasas insaturadas) y carbohidratos (azucares) con la mortalidad total y los eventos de enfermedad cardiovascular.

Se estudiaron los pacientes entre 2003 y 2013, 218 mil personas de cinco continentes, incluyendo diferentes poblaciones que variaron según los factores socioeconómicos, al tiempo que se garantizaba la viabilidad de un seguimiento a largo plazo al seleccionar los países participantes. Se incluyeron tres países de altos ingresos (Canadá, Suecia y Emiratos Árabes Unidos), 11 de ingresos medios (Argentina, Brasil, Chile, China, Colombia, Irán, Malasia, territorio palestino ocupado, Polonia, Sudáfrica y Turquía) y cuatro países de bajos ingresos (Bangladesh, India, Pakistán y Zimbabwe), basados ​​en el PBI per cápita de la clasificación del Banco Mundial para 2006 cuando se inició el estudio.

Durante décadas, las recomendaciones dietéticas se han centrado en reducir la ingesta total de grasas y ácidos grasos saturados, pensando que reemplazar los ácidos grasos saturados con carbohidratos y grasas insaturadas disminuirá el colesterol LDL (colesterol malo) y, por lo tanto, debería reducir los eventos de enfermedad cardiovascular.

Los autores concluyen que una alta ingesta de carbohidratos se asoció con un impacto adverso en la mortalidad total, mientras que las grasas, incluidos los ácidos grasos saturados e insaturados se asociaron con un menor riesgo de mortalidad total y accidente cerebrovascular. No se observó ningún efecto perjudicial en la ingesta de grasa en los eventos de enfermedad cardiovascular. Estos resultados obligan a re plantearse los hábitos alimentarios.

Entre sus hallazgos destaca que las personas que siguen una dieta de la más alta calidad, incluyendo un 54% de la energía ingerida en forma de carbohidratos, un 28% grasas y un 18% proteínas, tienen un riesgo de mortalidad por cualquier causa, un 25% inferior que aquellas personas que siguen dietas de peor calidad.

Los alimentos que se asocian a un menor riesgo de mortalidad son: verduras, frutas, legumbres, nueces, pescado, lácteos y carne roja no procesada.

Comienzan a caer algunos paradigmas, pero lo más importante me parece, es poder evaluar que la alimentación saludable es el pilar fundamental para disminuir la mortalidad de causa cardiovascular.