Con la primavera llega un momento clave para la producción

La llegada de la primavera trae consigo en el Alto Valle un paisaje inigualable: la floración de frutas de pepita y carozo. Así se pueden comenzar a ver las chacras blancas y rosadas camino al río, a la vera de las rutas y por todo el círculo productivo.

Desde fines de agosto hasta aproximadamente mitad de mes se dió la floración del carozo. Le sigue, desde el 15 hasta su final, la floración de pera, y luego la manzana.

Este período tan atractivo e importante para la producción trae aparejados sus riesgos, como son las heladas tardías primaverales, una etapa crítica que se prolonga hasta fines de octubre. 

Según estadísticas del INTA, las últimas heladas tardías se suelen producir el 15 de octubre, aunque esa fecha está supeditada a las variables climáticas y puede prolongarse hasta principios de noviembre.

Esta es una época en la que el trabajo en la chacra se redobla; con las temperaturas que comienzan a elevarse es importante mantener el riego para el normal crecimiento de la planta y el desarrollo de la fruta. Son fundamentales también las tareas de defensa contra heladas en las noches que el termómetro marca desde -1 hasta -6, y las tareas de raleo químico.

Este proceso en manzana, tiene como finalidad equilibrar la producción. Siguen los tratamientos sanitarios contra carpocapsa y raleo manual.

Todo esto preparativo es necesario para llegar en diciembre al inicio de la cosecha, comenzando con carozo (ciruela, durazno y pelón).

Todo este movimiento, a veces silencioso, es crucial para darle vida a uno de los sistemas productivos más importantes de la región. (TodoRoca.com)